martes, 23 de junio de 2009

El invierno

No empezaré con un saludo, porque esto es una despedida. Tú bien sabes, mejor que nadie, que no me queda más opción que decirte adiós. Por mucho que me hierva la piel sobre estos talones cansados de tanto esperar, y muy a pesar del agotador ejercicio de imaginar un mágico desenlace cargado de inverosimilitud, ya hemos dejado de respirar el mismo aire.
¿Cuánto hace ya, semanas? Tú, que me incendiabas por dentro. ¿Ha pasado más de un mes? Normal que me duela el pecho...tengo helados los pulmones.

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