martes, 23 de febrero de 2010

Nubes y Claros

Ojalá todas las nubes fueran así de suaves.
Ojalá todos los claros fueran así de ilusos.

Porque no hay tantas nubes como para que quiera llorar o quedarme, ni tantos claros como para provocar prisa y carcajadas. Señalo con la nariz a un cielo que no huele a tormenta ni a calor, que no suena a mar ni a monte, porque todo es mundo aquí debajo.

Ojalá todas las contradicciones fueran así de dulces.


(Gracias)

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