Ojalá todas las nubes fueran así de suaves.
Ojalá todos los claros fueran así de ilusos.
Porque no hay tantas nubes como para que quiera llorar o quedarme, ni tantos claros como para provocar prisa y carcajadas. Señalo con la nariz a un cielo que no huele a tormenta ni a calor, que no suena a mar ni a monte, porque todo es mundo aquí debajo.
Ojalá todas las contradicciones fueran así de dulces.
Ojalá todos los claros fueran así de ilusos.
Porque no hay tantas nubes como para que quiera llorar o quedarme, ni tantos claros como para provocar prisa y carcajadas. Señalo con la nariz a un cielo que no huele a tormenta ni a calor, que no suena a mar ni a monte, porque todo es mundo aquí debajo.
Ojalá todas las contradicciones fueran así de dulces.

(Gracias)
Ojalá se pudieran respirar...
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