martes, 9 de marzo de 2010

Tiempo

- Sueño y sed. Es todo lo que puedo ofrecerte. Apetito, nada más.
Puedo enseñarte a creer que se puede confiar en la paciencia tanto como en el deseo. Y puedo pedirte que lo intentes, que me intentes, que no pierdas las ganas de dormir y de beber.
Puedo ofrecerte sueño y sed, pero ni siquiera puedo prometértelo.
Y tú, ¿qué me puedes ofrecer?


- Yo no te ofrezco nada. Yo te lo doy.
Te regalo tiempo, que me sobra.
Lo tomas o lo dejas, pero no me lo devuelvas.



3 comentarios:

  1. Yo, necesito todo el tiempo que me regales y mucho más. Mucho más de todo áquello que te rodea, de todo con lo que me eclipsas y me anulas y a mi me sienta tan bien.

    Me gusta estar detrás tí cuando hablas, cuando miras, cuando piensas , te callas y me respondes. Me gusta la sombra que proyectas sobre mí, no es fría, nunca he necesitado sacar la cabeza para que los rayos de sol acaricien mi cara.

    Siempre he sido yo y solo yo, y todo lo demás me es siempre extraño y desconocido, es mucho más comodo fabricar el propio refugio y fijar la mirada en uno mismo que alzar la vista al público.

    No me gustan los escenarios, pero fabricar monólogos para tí es más fácil que hablar conmigo mismo y me alivia, me veo en tí y ya no me disgusto tanto.

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  2. Odio el tiempo.
    A veces necesito más. Otras, no me cabe en los bolsillos.
    Y sobre todo... Cuando me doy cuenta de que existe, me desespera...

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