miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cuerpos celestes y cuerpos tostados

¿No ves que acaba de salir a conversar? Sí, la miro y me convenzo, está charlando con mi deseo. Asoma su mano de niña por la ventana, paladea un rayo de sol y decide que está a punto. El astro la está esperando, y yo ya empiezo a competir con sus destellos.
La persiana se levanta como un telón de teatro, y descubre a su artista invitada envuelta en una toalla azul cielo, o verde mar, o gris marengo, qué se yo... mis ojos no ven más colores que los que mi cabeza imagina. Y adivino sus lunares, el corte del bañador, la picadura de mosquito del muslo izquierdo. ¿No te das cuenta? Me está provocando. Pretende que la contemple, y yo me dejo convencer.
Se pasea descalza por la terraza vacía, y desde aquí me fascina hasta el polvo que se pega a sus talones. Acerca su libro de drama barato, se ajusta las gafas de sol, bebe un sorbito de agua... ¡qué delicia de sabor, lo insípido en su boca! Y ahora fíjate, es mi momento preferido, ¿lo ves? Se escapa de su envoltorio y saca su figura a relucir. Lleva un bañador rosa palo, o blanco roto, o lila claro, o... ¿te has fijado? Se ha rascado la cintura. Es esbelto su arañazo, también. Como si escarbara la tierra húmeda para enterrar su botín, o su presa. Yo me inclino más por lo segundo, ¿tú no? A mí, de todas formas, ya me tiene muerto en vida.

1 comentario:

  1. "A mí, de todas formas, ya me tiene muerto en vida". Qué grande eres leñe :)

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