domingo, 3 de enero de 2010

Envoltorios

- Es como un regalo cerrado que sabes que te va a gustar.
- No lo entiendo. Si no sabes lo que es...
- Bueno, no lo sabes, pero en el fondo lo sabes.
- ¿En qué quedamos?
- ...
- Yo cuando tengo un regalo, quiero abrirlo y saber lo que es. No me paso la mañana de reyes imaginándome lo que hay en el paquete, ¿tú sí?
- No me refiero a eso. Lo estás simplificando demasiado...
- No, tú lo haces complicado. Déjame que te entienda, por favor.
- Lo que quiero decir es que no siempre es necesario decirlo todo. A veces hay que dejar que las cosas se intuyan, y se disfruten más. A veces no hace falta abrir el regalo nada más recibirlo. El detalle en sí ya cuenta, es más significativo. El hecho de preocuparte por conseguir algo, envolverlo y entregarlo un día concreto es más importante que el regalo en sí.
- Ya, es verdad, el regalo es la excusa. Pero entre nosotros, tal vez la excusa sea esencial. Quiero saber que hay algo dentro de la caja.


- No es que no quiera abrirlo... Es que he disfrutado tanto envolviéndolo, que ahora me da pena romper el papel.

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