lunes, 7 de junio de 2010

Vaivén de contratiempos

Jamás habría imaginado que aquello pensado para ser bello pudiera arrojar tanto dolor.


Hacer el amor con una persona que ama, con la persona que solía amar, se convierte en una pesadilla en la que se enredan el placer y el tormento imitando sus abrazos. Le ataca la culpabilidad y le asfixia el remordimiento, y se pregunta si estará tan mal como cree, si se merece la culpa. Entregarse a él en cuerpo mientras piensa en cortar el alma por la mitad.
Y cuando él se detiene, la mira, le dice que la echó de menos y ella se deja abrazar más fuerte mientras sus cuerpos se mecen por el deseo, ella se da prisa en arrastrar los pómulos por la almohada para que él no perciba cómo se le empapa la mejilla por no poder sentir lo mismo.

2 comentarios:

  1. Maravilloso tu texto...Sobre todo si alguna vez has estado en esa situación, eso sí, no se cual de los dos puestos posibles es peor. Buen blog ^^

    ResponderEliminar
  2. cuerpo y alma... se separan demasiado amenudo...
    love ya

    ResponderEliminar